Agorafobia
La característica esencial en la agorafobia es un marcado o intenso miedo o ansiedad provocados por la exposición real o anticipatorio a una amplia gama de situaciones. El diagnóstico debe ser corroborado por los síntomas que se producen en al menos dos de las cinco situaciones siguientes:
- El uso de medios de transporte público, tales como automóviles, autobuses, trenes, metro, barco o aviones.
- Encontrarse en espacios abiertos, tales como estacionamientos, plazas, puentes.
- Estar en espacios cerrados, tales como tiendas, teatros, cines.
- Estar de pie haciendo cola o encontrarse en una multitud.
- Estar fuera de casa solo.
La cantidad de miedo experimentado, puede variar con la proximidad de la situación temida y puede ocurrir en anticipación o en presencia de la situación agorafóbica. Además, el miedo o la ansiedad pueden tomar forma de ataque de pánico, de síntomas limitados.
La persona evita activamente la situación o si no puede evitarla, la situación provoca un miedo o una ansiedad intensa. La evitación activa, significa que la persona se comporta de una manera intencionada para prevenir o minimizar el contacto con las situaciones de agorafobia. La naturaleza de la evitación, puede ser comportamental (por ejemplo cambiar rutinas diarias, la elección de un trabajo cercano para evitar el transporte público, etc.). La evitación puede llegar a ser tan grave que la persona llegue a quedarse confinada en casa. La persona se encuentra en mejores condiciones para hacer frente a la situación temida, si va acompañada de alguien.
Tratamiento agorafobia simplificado:
- Técnicas de control cognitivo: el modelo ABC afirma que, en realidad lo que nos perturba o nos asusta no son las cosas que nos suceden, sino lo que pensamos acerca de ellas.
- Terapia cognitiva: es una forma estructurada de cuestionar la validez de los pensamientos automáticos, es decir, aprender una forma de no aceptar directamente la veracidad de ciertos pensamientos. Utilizar criterios de racionalidad para comprobar si esos pensamientos que tememos son realmente racionales o por el contrario es una forma de pensar irracional.
- Técnicas de relajación muscular profunda: en el estado de relajación se producen una serie de cambios en el organismo opuestos a los producidos durante la ansiedad, el ritmo cardiaco y la presión arterial descienden, la temperatura corporal aumenta, el nivel de tensión en los músculos se reduce, la respiración se ralentiza y todas las funciones fisiológicas se desaceleran.
- Afrontar el miedo: exposición interoceptiva, que consiste el realizar una serie de ejercicios que provocan de forma controlada una ansiedad similar a la que se produciría al afrontar la situación temida, pero aquí a través de estos ejercicios podemos comprobar que lo que tememos no sucede.
- Exposición en vivo: consiste en enfrentarnos a la citación temida de forma progresiva y jerarquizada, es decir, se nos exponemos de forma repetida y controlada a lo que tememos, nos habituamos a ese “peligro” produciendo progresivamente cada vez menos ansiedad, además la duración de la misma se reduce también progresivamente.
