Tratamiento obsesiones compulsivas

Trastorno obsesivo compulsivo

El trastorno obsesivo compulsivo, es un grave e incapacitante problema, que genera una elevada ansiedad a la persona que lo padece.

Las obsesiones son pensamientos intrusivos, involuntarios y repetitivos cuyo contenido provoca ansiedad y otras emociones negativas. Las compulsiones, se refiere a las conductas u otros pensamientos, que la persona realiza para intentar librarse de la elevada ansiedad.

La terapia cognitivo conductual, es el tratamiento número uno de elección para curar este trastorno.

Un trastorno obsesivo compulsivo es un desorden de ansiedad, un problema donde el eje central es el miedo a que suceda algo terrible (No querer a la persona que quiero, sería terrible y lo he pensado y no quiero, me da ansiedad, quiero quitarme ese pensamiento, no estoy seguro de lo que pienso). Lo característico del problema es la presencia de las obsesiones y las compulsiones.

Las obsesiones son pensamientos involuntarios, repetitivos y de alta frecuencia que aparecen sin que lo deseemos, pueden estar expresados en formas de palabras, frases o imágenes. El contenido es amenazante e inaceptable moralmente o extraño para la persona que lo sufre. Este es un proceso automático e involuntario, la persona no elige tener ese pensamiento, el pensamiento aparece aun en contra de su voluntad.

Las compulsiones son comportamientos estereotipados, voluntarios que tienen como fin reducir la ansiedad causada por la obsesión.

La propia actitud de no querer pensar en términos obsesivos se convierte paradójicamente en un pensamiento, es un disparador del pensamiento obsesivo. Cuanto más queremos dejar de pensar en algo, más pensamos en ese algo.

Cuanto más te esfuerces en no tener obsesiones, más tendrás.

  • Otro proceso mental que favorece la aparición de las obsesiones, es la constante autoevaluación ¿está ahí ese pensamiento? Y sí, aparece de inmediato.
  • Otra variante sería descubrirse a sí mismo no pensando en la obsesión, sorprenderse por ello y automáticamente aparecer la obsesión.
  • Por último, otra situación disparadora es la formada por sensaciones fisiológicas, es decir, he asociado que cuando tengo estos pensamientos me late más rápido el corazón, aumenta la temperatura, tengo opresión en el pecho (ansiedad). De repente, noto que el corazón me late más rápido por cualquier cosa, entonces aparece el pensamiento por asociación.

Además de las sensaciones corporales como parte del malestar emocional, está la culpabilidad, que viene de la evaluación que hace uno mismo de las obsesiones (pensamientos). Una combinación de ansiedad y culpa suele favorecer la aparición de tristeza y bajo estado de ánimo.

Las compulsiones (acciones o pensamientos) provocan una fuerte sensación de alivio después de tener el pensamiento obsesivo, esto es una trampa (la trampa de la ansiedad) ya que lo que se consigue es que el problema se perpetúe en el tiempo.

¿Cómo se inicia el problema?

Los estudios nos indican que prácticamente el 90% de la población general sufrimos con frecuencia pensamientos intrusivos. Definiendo la idea intrusiva, como pensamientos que aparecen en nuestra mente sin que lo deseemos, estos pensamientos aumentan cuando las personas están tristes o deprimidas. Las obsesiones patológicas son más intensas, vividas y se perciben como más reales, además la frecuencia de aparición es más alta.

La diferencia está en la interpretación que hacen las personas que sufren este problema de los pensamientos intrusivos (normales en todos). Estas personas creen que ese pensamiento intrusivo es voluntario, sintiéndose culpables y responsables por la idea, entonces esos pensamientos provocarán un fuerte malestar y la persona empezará a desarrollar estrategias de neutralización para eliminar las ideas y sentirse seguro, con lo que el problema empezará a asentarse.

Vulnerabilidad psicológica: una variable de vulnerabilidad, es la dificultad para tomar decisiones y resolver problemas. Su grado de duda y vacilación siempre ha sido muy alto. La creencia de que las personas deberían tener control perfecto sobre sus pensamientos.

A menudo, la gente que desarrolla este problema es gente honrada, con un estricto sentido moral y la llamada responsabilidad excesiva. El perfeccionismo también es habitual.

Variables precipitantes: un buen día, sin más, se le cuela a la persona un pensamiento intrusivo que le resulta perturbador, normalmente cuando está en un estado de ánimo más bajo de lo habitual (muerte de un familiar, rupturas sentimentales…) si no somos vulnerables, probablemente no le daríamos importancia a este pensamiento que se nos a colado y éste entrará y saldrá. Pero si nos asustamos de lo que hemos pensado, nos sentimos culpables, nos lo creemos o lo interpretamos como una anomalía personal, e intentamos eliminar el pensamiento, EL EFECTO SERÁ EL INVERSO al deseado y el pensamiento se hará más frecuente y más difícil de reducir hasta convertirse en una auténtica obsesión.

Estrategias de evitación (que hacen que el problema se mantenga): evitación mental o cognitiva, consiste en esforzarse enormemente en no tener los pensamientos perturbadores, en no pensar, en que no se les metan esas ideas en la cabeza. No funciona, incluso empeora el problema.

Estrategias de escape: en muchas ocasiones los rituales son mentales, es decir, la estrategia que la persona usa para sentirse seguro no es hacer algo, sino pensar en algo para no pensar en la obsesión (el pensamiento que no desea), son rituales encubiertos o cognitivos, estos son voluntarios y su objetivo es reducir la ansiedad (a corto plazo funciona pero el problema se mantiene).

Otra estrategia de escape es la re aseguración, se usa una fuente externa para reducir la ansiedad, por ejemplo preguntarle otra vez al médico para reasegurar algo sobre lo que se ha hablado ya.

Principales tipos de obsesivo compulsivo:

  • Los que se lavan o limpian (esto es la compulsión, la obsesión es estar contaminados).
  • Los que comprueban (junto con los anteriores forman el 80% de los obsesivos compulsivos.
  • Los que ordenan.
  • Los que repiten.
  • Los que acumulan.
  • Los que se aseguran de no hacer daño.
  • Los que comprueban mentalmente.
  • Los que buscan simetría.

Las conductas de neutralización son un constante análisis de cada una de las alternativas que parece no tener fin. Aunque tomen una decisión por cuestiones prácticas, nunca quedan satisfechos de que decidieron la correcta.

Tratamiento: (forma breve y sencilla):

Exposición y prevención de respuesta (exposición a los pensamientos sin escapar de ellos). Cada vez que una persona evita una situación disparadora, ritualiza física o mentalmente, se distrae o pide re aseguración, el efecto a corto plazo, es una sustancial reducción del malestar, pero a cambio una vez más se ve atrapado en el círculo vicioso de la ansiedad (la trampa de la ansiedad). Todas esas estrategias de autoprotección son innecesarias, la única manera de romper definitivamente con esa trampa es arriesgarse a afrontar esa situación (o pensamiento) sin realizar ninguna conducta de neutralización.

Conclusión

Los que conviven contigo también sufren el problema, no entienden lo que te pasa, ni que tus rarezas se deben al problema que sufres. Esta situación de indefensión les lleva a atravesar por momentos de tristeza, enfado o nerviosismo.

Deben conocer el cómo y el porqué del problema y tu sufrimiento. Deben saber que no estás loco, que no estás enfermo, eres víctima de un trastorno de ansiedad.

Ahora sabemos, avalados por la investigación, que la gente con trastorno obsesivo compulsivo puede tener una vida normal.